domingo, 6 de julio de 2014

NOVENA A MARIA, "LA QUE DESATA LOS NUDOS"



Cada día: 

1.- Señal de la Cruz e invocación inicial 
(Se hace la señal de la Cruz y se dice la oración siguiente).
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, bendita entre todas las mujeres. Imploramos de ti la ayuda que necesitamos e iniciamos esta novena contigo para que nos ampares en las necesidades que te presentamos.

2.- Acto de Contrición para que Dios nos purifique el corazón:

Me pesa, Dios mío, haberte ofendido y me arrepiento de todo corazón.
Me pesa el infierno que merecí y el cielo que perdí; 
pero mucho más me pesa porque, pecando, he ofendido a un Dios bueno, misericordioso y que tanto me ama; antes querría haber muerto que haber hecho lo que Tú no quieres.
Propongo firmemente, ayudado por Tu divina gracia,
no pecar más, evitar las ocasiones próximas de pecado y confesarme lo antes posible. Amen.

3.- Oración inicial:

Santísima Virgen María, ”la que desata los nudos", te ofrezco esta novena pidiéndote por las siguientes intenciones:
(aquí se dicen y recuerdan los favores que se quieren alcanzar, presentando a las personas que necesitan la intercesión de la Virgen María).
4.- Lectura y reflexión para cada día:
Primer Día:
”Ella dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados”. (Mateo 1, 21)
Breve reflexión: Jesús es el gran desatador de nuestros nudos (pecados). La Virgen María le dio su carne y su sangre, colaborando a la salvación del mundo. Para que Dios hecho hombre pudiera salvarnos del pecado y de la muerte. Una mujer quisiste que sirviera para ahuyentar las sombras de la noche: Dios se valió de María para salvarnos y también se quiere valer de nosotros, como instrumentos para que su Hijo Jesús siga salvando.
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Segundo Día:
”El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios".  (Lucas 1, 21)
Breve reflexión: Es Dios Espíritu Santo el que fecundó el vientre purísimo de María para que su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, naciera como hombre. Nosotros tenemos que ser bautizados para renacer del agua y del Espíritu y ser libres del pecado de Adán. Por ese bautismo, estamos llamados a alcanzar la santidad, haciendo fructificar la semilla nueva plantada en nosotros, para estar junto a Jesús en la vida eterna.
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Canto del día: "La promesa"  de Cristóbal Fones
 Tercer Día: 
”María contestó: 'Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra'. Y la dejó el ángel".  (Lucas 1, 38)
Breve reflexión: Debemos imitar la actitud de servicio de María. Ella es como nosotros: una persona. Tenemos que estar siempre en actitud de servicio especialmente hacia aquellas personas que tienen la necesidad de la Palabra de Dios. Los pequeños actos buenos pueden transmitir esa palabra en toda su intensidad cotidianamente.
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Cuarto Día: 
”Pasemos hasta Belén y veamos esto que ha acontecido...Y fueron corriendo y hallaron a María y a José y al Niño echado en el pesebre... Y María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón". (Lucas 2, 15-19)
Breve reflexión: Un Dios hecho fragilidad, hecho niño. La contemplación de este misterio tan profundo fue vivida por María, que no debía dar crédito a lo que veía y sin embargo tenía el corazón radiante de amor de Dios. Meditemos nosotros como María en la grandeza y la gloria de un Dios que tanto nos ama. 
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Quinto Día: 
"José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía del Niño. Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: Mira: Este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti una espada te traspasará el alma". (Lc 2, 22-40)

Breve reflexión: Desde niño, Jesús cumplió con la misión encomendada por su Padre celestial, que fue la de transmitir su palabra. Sin embargo, no siempre fue entendido y aceptado su mensaje, lo que le llevó a la muerte. Pidámosle a Cristo, por intersección de María, que nos llene de valor para cambiar aquellas cosas que es posible cambiar y serenidad para soportar las que no podemos cambiar.
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Sexto Día:
"Jesús le contestó: Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. Pero su madre dijo a los sirvientes : Haced lo que Él os diga". (Jn 2, 4-5)
Breve reflexión: María, siendo Madre de Cristo, siempre hizo lo que Él le dijo. Imitemos permanentemente su obediencia a la voluntad de Dios. Escuchemos al Señor día a día desde el Evangelio: Jesús nos habla siempre en su Palabra. 
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Séptimo Día: 
”Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre". (Mateo 7, 7-8)
Breve meditación: Cómo conocer a Cristo si no hablamos con Él. La oración es la forma de dialogar con Cristo o con María. La oración hecha con fe es el arma mas poderosa para luchar contra las confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo. No olvidemos que Dios nos escucha siempre, pero a veces no nos da lo que pedimos sino lo que verdaderamente necesitamos.
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”). 
Octavo Día:
”Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: 'Mujer, ahí tienes a tu hijo'. Luego, dijo al discípulo: 'Ahí tienes a tu madre'. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa". (Juan 19, 26-27)
Breve reflexión: Tanto es el amor que nos tiene Jesús, que, antes de morir, nos dejó a María, su propia madre, para que nos cuidara y nos guiara por el camino que Dios preparó para cada uno de nosotros. 
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Noveno Día: 
"Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús... Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar... Se llenaron todos del Espíritu Santo". (Hechos 1, 14 y 2, 1 y 4)
Breve reflexión: El Padre nos envía en la fiesta de Pentecostés al Espíritu Santo para que obtengamos la fuerza necesaria para poder transmitir su mensaje. Esa fuerza nos es dada especialmente en el sacramento de la Confirmación junto con sus siete dones y también cada vez que lo pedimos humilde y confiadamente en la oración.
(Breve meditación. Luego se reza una decena del Santo Rosario: Padre Nuestro, Diez Ave Maria y Gloria y la oración a Nuestra Señora ‘”la que desata los nudos”).
Canto del día: "Madre de los creyentes"



4.- Oración a Nuestra Señora la que desata los nudos:
Santa María, llena de la presencia de Dios: 
durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo, 
intercediste por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia,
nos diste ejemplo de cómo desenredar
la madeja de nuestras vidas. 
Y al quedarte para siempre como
Madre Nuestra, pones en orden y haces más
claros los lazos que nos unen al Señor. 

Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra:
Tú que con corazón materno desatas los
nudos que entorpecen nuestra vida, 
te pedimos que nos recibas en tus manos
y que nos libres de las ataduras y confusiones
con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de todo mal, Señora Nuestra,
y desata los nudos, que impiden que nos unamos a Dios,
para que, libres de toda confusión y error,
lo hallemos en todas las cosas,
tengamos en El puestos nuestros corazones y podamos servirle
siempre en nuestros hermanos. Amén

ORACION DE CONSAGRACION A MARIA:
Señora y Madre mía, Virgen Santa María, la que desata los nudos; a tus pies me encuentro para consagrarme a ti. Con filial afecto te ofrezco en este día cuanto soy y cuanto tengo: mis ojos, para mirarte; mis oídos, para escucharte; mi voz, para cantar tus alabanzas; mi vida, para servirte; mi corazón, para amarte. 
Acepta, Madre mía, el ofrecimiento que te hago y colócame junto a tu corazón inmaculado. Ya que soy todo tuyo, Madre de misericordia, la que desata los nudos que aprisionan nuestro pobre corazón, guárdame y protegeme como posesión tuya. 
No permitas que me deje seducir por el maligno, ni que mi corazón quede enredado en sus engaños. 
Enséñame a aceptar los limites de mi condición humana, sin olvidar que puedo superarme con la ayuda de la gracia y a que agradezca siempre a Dios por mi existencia. Ilumíname para que no deseche al Creador por las criaturas, ni me aparte del camino que el pensó para mí. Amen.
[Manuel Marcos Ramón para oración y música] 

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