domingo, 23 de marzo de 2014

Otro milagro de la primavera.
Señor, dame de esa agua.

"Quisiera compartir un poema con vosotros, un poema escrito por un amigo mío que murió en Saigón a la edad de veintiocho años, hace ya treinta. Tras su muerte, la gente descubrió sus bellísimos poemas. Yo me sentí muy iluminado cuando leí este. Son apenas cuatro hermosísimas líneas:

De pie, silencioso ante la cerca, 
tú sonríes con tu maravillosa sonrisa.

No tengo palabras y todos mis sentidos están llenos
de los sonidos de tu hermosa canción.
Me inclino profundamente hacia ti.

'Ante ti' se refería a una flor, a una dalia. Aquella mañana él pasó ante una cerca y se quedó contemplando intensamente esa flor y, conmovido, se detuvo a escribir este poema.

Este poema me gusta muchísimo. Tal vez creáis que el poeta era un místico porque su contemplación y su mirada eran muy profundas. Pero no era más que una persona corriente, igual que todos nosotros. No sé cómo era capaz de ver y contemplar de ese modo y, sin embargo, esa es la auténtica práctica de la concentración: querer estar en contacto con la vida y concentrarnos profundamente en tomar el té, caminar, sentarnos o cuidar de las flores. El secreto del éxito no es otro que ser realmente tú mismo; cuando lo seas, podrás reunirte con la vida en el presente".

Thich Nhat Hanh. "Hacia la paz interior". Colección DEBOLS!LLO Clave. 2012

[Manuel Marcos Ramón para 'oración y música']


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