sábado, 12 de abril de 2014

EL AMOR DE DIOS ES LA VIDA DE LOS HOMBRES

Sotillo de la Adrada (Ávila), 5 de octubre de 2013. Retiro de la Parroquia de Santa Ángela.

Dice el salmista: "¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad?".

Vida y prosperidad, vida que va cada vez a más. ¿Quién no desea esto? La pregunta del salmista entonces ¿es sólo retórica?: por un lado, el salmista nos revela lo que hay en nuestro interior para que caigamos en la cuenta de lo que está en nuestro corazón; pero también el salmista está anunciando "algo" que va a venir. Esta podría ser la pregunta con la que terminara el Antiguo Testamento.

Abrimos el Nuevo Testamento y escuchamos: "He venido para que tengan vida y la tengan abundante". Esta es la respuesta a la pregunta del Salmo. Es Jesús. Viene a responder a las preguntas del corazón humano; pero no sólo para dar respuestas: "Yo soy la vida".

Jesús es "el encargado" de que tengamos vida y viene para llenarnos de Amor. Nuestro Dios es un Dios de Amor. Amor y vida van "en yunta", están mucho más unidos de lo que aparentemente valoramos habitualmente. 

Tres claves para comprender esto:

- El amor da vida. El amor siempre es fecundo y siempre nos llena de alegría, de esperanza, de felicidad,...

- Y vida abundante. El amor no hace cálculos ni lleva cuentas (imagínate a Jesús a los pies de la Cruz rascándose el bolsillo,... o echando cuentas del vino que hacía falta en las bodas de Caná).

- Vida, y vida eterna. Se ama hacia un "siempre", más allá de la muerte incluso.

Vida, abundancia y eternidad... "Dios no puede hacer otra cosa que amar". Son rasgos de divinidad. El perdón de Dios es una "condonación" de todas nuestras deudas...

Podemos hacer un examen sobre el Amor: ¿yo voy dando vida? ¿Doy vida a los demás?
¿Doy vida en abundancia? o me presentaré a Dios diciendo: - "Aquí me tienes, planchadito como recién salido". Puedo decir: ¿he dado todo hasta el límite?

San Juan nos lo dice muy claro: 

"Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos"

El amor es el que nos da la vida. Sólo el amor es capaz de sacarnos de la muerte. Y si amamos, lo más fácil es que se produzcan milagros: "es más fácil hacer un milagro que no hacerlo".

Madre María del Prado.
Agustina, Superiora de la Comunidad de la Conversión.



[Manuel Marcos Ramón para 'oración y música']




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